La desconocía y ya habitaba en mí
El deseo tornóse núcleo de la vida, de la identidad
Deseo, luego soy dice Lilith
y no puedes conformarte siendo objeto
porque tu cuerpo es vida, da vida, es un don...
No puedes someterte y reducirte a una apertura de piernas
para la entrada de un falo vencedor
que goza al abrirse al carmín
Carmín...
Carmín de sangre, carmín de labios, carmín de vulva
porque no hay Paraísos prometidos salvo para los ilusos y sumisos;
para las mujeres-objeto, huríes cuya existencia se limita a dejarse penetrar
por los terroristas suicidas de la Humanidad
piensa, habla, escribe...
Fuerza, fuerza y camina...
Me hace múltiple y dota de fuerza mi individualidad
Es Lilith...
Ana Cortiñas
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