LA GUERRA DE LOS SEXOS: CRISIS, RETOS y ESPERANZA - FEMINISMO Y RECONVERSION DE LA FUNCION DEL PADRE
Creo que todo el mundo es consciente de que nuestra sociedad está en crisis, y de que no es una crisis coyuntural, sino que es una crisis que afecta a los cimientos básicos de la civilización patriarcal en la que estamos inmersos desde hace siglos. Voy a exponer mi punto de vista sobre esta crisis, sobre los retos que se nos plantean y las esperanzas que se abren, en particular, la de la reconversión de la función del padre
I - RESUMEN DE LA SITUACION
Durante siglos las niñas han crecido sabiendo que su destino era ser entregadas por su padre al mejor postor. El jefe de familia negociaba con sus hijas y con las mujeres de su familia como lo hacía con las vacas, y las niñas eran criadas y educadas para el llamado débito conyugal, sus deseos eran irrelevantes cuando no malignos y pecaminosos. Las mujeres hemos sido objetos sexuales para uso del hombre durante siglos, incluso en muchos lugares, durante milenios. Y esto no son cosas que ocurrían en la remota Antigüedad. En el siglo XIX, Leandro Fernández de Moratín estrenó una obra de teatro, ‘El Sí de las Niñas’, que fue un auténtico escándalo porque criticaba esta educación de las niñas para el consentimiento al débito conyugal y para la negación de sus deseos sexuales. Fue un escándalo porque, efectivamente, en la sociedad del siglo XIX dominaba la cultura del consentimiento de las mujeres al débito conyugal. (Por eso, es insuficiente ahora oponer a la violación ‘el consentimiento’, sin tener en cuenta que durante siglos las mujeres hemos consentido por imperativo legal, divino (era un sacramento) o familiar). Hasta muy recientemente, a las niñas ‘se las casaba’, y si la familia no les buscaba el marido, ellas lo buscaban según la educación recibida, con un criterio de conveniencia socio-económica; el débito conyugal estaba pre-establecido desde la más temprana infancia, y estaba unido a un desarrollo psíquico para la sumisión al marido.
La negación del deseo sexual de la mujer en general y del deseo materno en particular, ha sido el elemento característico de esta dominación patriarcal. Esto no es una afirmación vacía; son, a lo largo de los siglos, leyes, costumbres y relaciones sociales de dominio social y físico concreto de los hombres sobre las mujeres. Uno de los símbolos más emblemáticos del Patriarcado es el falo de Hammurabi."
CACILDA RODRIGANEZ
Sem comentários:
Enviar um comentário