AS MULHERES CONTINUAM A DAR SHOW AFIRMANDO-SE PELO CORPO...
“Espectáculo latino y feminista”. “La Super Bowl más feminista”. “El poder femenino en la Super Bowl”. A las pocas horas de ver cómo los culos de Shakira y J.Lo lo daban todo en el escenario de la Super Bowl, los diarios de todo el mundo se llenaban de palabras de celebración para un momento histórico, calificándolo como un gran ejemplo de igualdad de género e integración cultural.
Dos cantantes femeninas y latinas habían sido las elegidas para amenizar al público y a los deportistas. Ellas estuvieron a la altura de las expectativas: coreografías perfectas, cuerpos esculturales, voces afinadas, repaso de los greatest hits, puesta en escena. Las dos estrellas brillaron como nunca en el evento deportivo más importante de los Estados Unidos de América. Ahora bien, feminista, feminista… no era.
Lo que hicieron Shakira y J.Lo fue darnos más de lo mismo: cuerpos semidesnudos y seductores que encajan en el canon permitido (sin un gramo de celulitis, ni una arruga, ni una cana)
No hay nada criticable en que dos mujeres, o cuatro, o las que sean, exhiban su cuerpo serrano donde ellas quieran. Pero hemos cogido la mala costumbre de pensar que cualquier cosa realizada por mujeres es feminista, sin analizar si el acto en sí está acercándonos a la igualdad o nos está alejando de ella. Una de los motivos de la desigualdad que existe entre hombres y mujeres, es que a ellas se las valora principalmente por su aspecto físico y su capacidad de seducción mientras que a ellos se les valora por su profesión.
Lo que hicieron Shakira y J.Lo fue darnos más de lo mismo: cuerpos semidesnudos y seductores que encajan en el canon permitido (sin un gramo de celulitis, ni una arruga, ni una cana). Mientras que ellos, los deportistas y protagonistas de la trama, hacían lo suyo compitiendo y ganando trofeos. Ellas en tanga y tacones. Ellos con chándal y zapatillas de deporte. Ellas entreteniendo al personal. Ellos ejecutando el acto principal. Ellas apareciendo en los descansos. Ellos ocupando la mayoría del tiempo y del espacio.
Llamar empoderamiento femenino a menear nuestro cuerpo en una pole dance es apuntar muy bajo y desaprovechar una oportunidad. Eso no quita que a las mujeres que lo practican les haga sentirse mejor con su cuerpo, pero no estamos hablando de lo que hace una persona en su tiempo libre sino de un espectáculo que ven millones de personas en el mundo entero. El poder no tiene que ver con la seducción, sino con la posibilidad de tomar decisiones que tengan un impacto real.
Tanto Shakira como Jennifer López son dos mujeres maravillosas que realizaron un show increíble, pero la igualdad y el poder femenino no se consigue a base de bodies con brilli brilli.
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